Tanto mi hermano como yo caímos en la misma marmita de LSD al nacer. Vaale, a él lo tiré yo queriendo. Pero ha salido un niñato muy especial, y tiene tantas (o más) paranoias que yo. Ahora va a ser un superhéroe, y allá que voy yo a dibujarlo. Se llama Pac-Man (de Paco-Man)... Y pues eso. Ahí va la primera toma de contacto. ¡¡Conste que el cinturón, aunque no se vea tiene un Pacman como hebilla!!
14 de octubre de 2011
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